La turquesa no es solo una piedra natural, sino un tesoro cultural cargado de historia, belleza y simbolismo. Su encanto ha cruzado continentes a lo largo de la historia. Si tienes la suerte de poseer una pieza de turquesa, llevas contigo una joya con un legado inigualable. Con los cuidados adecuados, esta gema -símbolo de protección y elegancia- se quedará contigo para siempre. Repasamos la Piedra Turquesa. Su origen, Historia y Significado.
La Piedra Turquesa ¿Qué es?
La turquesa es un mineral que pertenece al grupo de los fosfatos y está compuesto principalmente por fosfato de cobre y aluminio. Su fórmula química es CuAl6(PO4)4(OH)8·4H2O, y su colorido varía desde el azul cielo hasta el verde manzana, dependiendo de la concentración de elementos como el cobre (que produce tonos azules) o el hierro (responsable de los verdes).
Propiedades Físicas y Químicas de la Turquesa
- Dureza: 5-6 en la escala de Mohs, lo que la hace relativamente blanda en comparación con otras gemas.
- Lustre: Mate.
- Transparencia: Opaca.
- Fractura: De concoidal a irregular.
- Sistemas cristalinos: Triclínico, aunque rara vez forma cristales visibles.
Colores y Variedades de la Turquesa
El color de la turquesa es su característica más reconocible. Las variedades más deseadas presentan un azul intenso y uniforme, conocido como robin’s egg blue (azul huevo de petirrojo), mientras que otras presentan vetas oscuras, llamadas matriz, que son restos de la roca madre. En nuestra opinión, las vetas oscuras le aportan gran personalidad a esta piedra natural.
Origen del Nombre «Turquesa»
El nombre «turquesa» proviene del francés antiguo «turquois», que significa «piedra turca». Aunque la piedra no se extraía en Turquía, llegó a Europa a través de rutas comerciales que pasaban por este país desde Persia (el actual Irán), la región históricamente asociada con la producción de las turquesas de mayor calidad.
Significado de la Piedra Turquesa
La turquesa simboliza protección, sabiduría y conexión espiritual. Desde la antigüedad, se ha considerado un amuleto de buena suerte que protege contra el mal de ojo y las energías negativas. Además, se dice que fomenta la comunicación y la serenidad, siendo un puente entre el cielo y la tierra. Para los nativos americanos, la turquesa representaba el cielo y el agua, esenciales para la vida. En otras culturas, como la persa, se utilizaba como símbolo de pureza, riqueza y poder.
La Piedra Turquesa en la Historia
Esta gema ha sido venerada en culturas de todo el mundo por sus propiedades místicas, protectoras y simbólicas. Además de ser reconocida y apreciada, ha adornado a reyes, sacerdotes y guerreros desde la Antigüedad. Veamos las referencias históricas a la misma en algunas culturas:
- Persia: Conocida como «firuzeh» (que significa «victoria» en persa), fue una piedra sagrada y símbolo de protección. La vemos adornando coronas, anillos y dagas pues la piedra turquesa simbolizaba poder y pureza en esta civilización.
- Egipto: Los antiguos egipcios utilizaban turquesas en joyas y ornamentos desde hace más de 3000 años, obteniéndolas principalmente de la península del Sinaí. Todos los faraones usaban la piedra turquesa en sus joyas y máscaras funerarias. Esta gema se consideraba entonces un símbolo de protección divina.
- América del Norte y Precolombina: Para los pueblos indígenas, como los navajos y los apaches, la turquesa representaba el cielo y el agua, siendo considerada un talismán protector. Los aztecas y los mayas utilizaban turquesa para decorar máscaras y objetos rituales.
- Tíbet: Se emplea en collares y amuletos y tiene un papel espiritual en las prácticas budistas.
Formación y Depósitos de Turquesa
Esta piedra semipreciosa se forma en ambientes áridos como un mineral secundario, resultado de la meteorización y oxidación de minerales ricos en cobre. Requiere de ciertas condiciones climáticas y químicas para desarrollarse, lo que explica por qué solo se encuentra en ciertos lugares. Es así que surge cuando el agua subterránea rica en cobre, aluminio y fósforo se filtra a través de rocas porosas, depositando los elementos que darán origen a la turquesa. Se trata de un proceso lento, que puede llevar miles de años y que da lugar a su color característico.
Principales Yacimientos de Turquesa en el Mundo
- Irán: Las minas de Nishapur han producido turquesas de calidad excepcional durante más de 2000 años. La Turquesa iraní destaca por su azul intenso y uniforme.
- Estados Unidos: Los estados de Arizona, Nevada y Nuevo México son conocidos por sus depósitos de turquesa. La mina «Sleeping Beauty» de Arizona produce ejemplares de un azul claro y limpio
- China: Es actualmente uno de los mayores productores de turquesa en sus tonos característicos azules y verdes
- Egipto: Históricamente, la península del Sinaí fue una de las fuentes más importantes en la antigüedad aunque su producción es menor hoy en día.
- México y Chile: También poseen yacimientos notables.
Principales Usos y Aplicaciones de la Turquesa
La turquesa es una piedra versátil, fácil de trabajar y por tanto, apropiada para múltiples aplicaciones:
- Joyería:
Es la reina de pulseras, anillos, collares y pendientes. Se suele combinar con plata en diseños tradicionales, pero también brilla en piezas modernas y elegantes.
- Amuletos:
Por su significado protector, se utiliza como talismán en diversas culturas.
- Decoración:
Se ha utilizado en incrustaciones en muebles, máscaras ceremoniales y objetos religiosos.
- Uso espiritual:
En prácticas de meditación y sanación, se cree que la turquesa equilibra las energías y fomenta la calma.
Cómo Cuidar y Limpiar la Piedra Turquesa
Por último y no menos importante, unos consejos sencillos para mantener la belleza de tu turquesa. Es importante seguirlos dado que esta piedra semipreciosa es muy porosa y por tanto, delicada:
- Evita productos químicos:
Perfumes, cremas, sudor y limpiadores pueden dañar la piedra.
- Límpiala suavemente:
Usa un paño húmedo y suave. No sumerjas la piedra en agua ni utilices detergente o alcohol en su limpieza
- Guárdala con cuidado:
Almacena tus joyas de turquesa por separado y en bolsas de tela para evitar que roce con otras gemas o metales.
- Hidrátala:
Como es porosa, la turquesa puede resecarse con el tiempo. Se le puede aplicar una pequeña cantidad de aceite mineral para mantener su brillo, pero hazlo con precaución y solo si ves que ha perdido lustre.
Como hemos visto, la Piedra Turquesa no sólo destaca por su exquisita belleza, sino también por los significados culturales y espirituales que ha tenido a lo largo de los siglos. Su uso en la historia refleja su relevancia como un material precioso que trasciende fronteras y épocas
Collar y pendientes largos de plata y turquesa de la colección Wanda de Avenio
El uso de la turquesa en joyería con piedras naturales es en la actualidad igual de relevante. Su rico colorido y sus diferentes formas de presentación lo convierten en un material irreemplazable. En Avenio, somos fans de esta bonita piedra natural y la utilizamos -ya sea en su presentación más básica o en cuentas reconstituidas. La Colección Wanda consta de algunos collares largos, pendientes de plata y también pulseras, todo ellos elaborados con piedra turquesa.
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