Pulsera de perlas blancas y gemas de Avenio

Pulsera de perlas y cuarzo de Avenio

El color blanco es en realidad la falta de color, lo que equivale a decir que carece de tonos de color al reflejar la luz. Nos ocupamos en esta entrada del color blanco y su historia

Al igual que el negro es la ausencia de luz, el blanco es la saturación de la luz. Blanco y negro son, pues, opuestos.

La palabra castellana “blanco” tiene un origen germánico (“blank” es como llamaban los pueblos germánicos a sus caballos de color claro) y reemplazó a la palabra latina “albus”, aunque la etimología latina se mantiene en nuestro idioma en otras formas como «alba» o «albino».

Merece la pena conocer la etimología latina para los dos términos que designan el color blanco. Uno es “albus” ya mencionado y el otro es “candidus”, que significa blanco brillante, en contraposición al blanco mate de “albus”.

Así, los antiguos romanos aspirantes a ocupar un cargo público llevaban una toga “candida”, palabra origen de “candidato”. El verbo latino “candere” significa “brillar” o “arder”. Del mismo derivan también nuestras palabras “candela”, “candente” o “candelabro”. Interesante ¿a que sí?

Al igual que hicimos con el color negro, repasamos en este post el uso y significación del color blanco a lo largo de la historia.

En color blanco en la edad Antigua

El color blanco se utilizaba en el antiguo Egipto, así como en Grecia y Roma como símbolo de estatus o de pureza y castidad. Era el color de los ropajes de los sacerdotes y sacerdotisas que se encargaban del culto religioso y del mantenimiento de los templos.

Mención especial merece la toga blanca, la prenda principal de vestir de los ciudadanos de la antigua Roma, que indicaba estatus de ciudadano y que llegó a ser obligatoria en público en algunos momentos de su historia.

En el mundo clásico, el blanco se asociaba también a la leche materna y sus propiedades como fuente de vida. De ahí el famoso mito griego que explica la génesis del universo. Por orden de Zeus, Hermes llevó al niño Hércules ante Hera para que lo amamantara mientras dormía. Cuando ésta despertó, retiró al niño de su pecho y la leche que se derramó dio origen a la Vía Láctea.

El color blanco en la Historia Medieval y Moderna

La sociedad cristiana medieval asumió las premisas de pureza y castidad del blanco asociadas al culto religioso antiguo y de alguna manera las hizo suyas y las aplicó en la vestimenta de sacerdotes y monjes y en otras figuras clásicas de la iconografía cristiana como el cordero místico, el unicornio blanco o la transfiguración. Hasta el Papa viste de blanco desde el año 1566.

En cuanto al uso del blanco en estos periodos de la historia fuera del ámbito religioso, fue bastante utilizado entre las clases pudientes francesas incluso hasta en las elaboradas pelucas empolvadas que llevaban. Tras los cambios sociales que se produjeron con la Revolución Francesa, los trajes y el colorido de la vestimenta se hicieron más sencillos.

El color blanco fue unánimemente adoptado por el común de los ciudadanos europeos para la ropa interior y la ropa de cama y mesa, lo cual obedecía más a una razón práctica que de gusto. Simplemente, la ropa blanca es más fácil de lavar y blanquear.

El color blanco en la actualidad

El avance de la química en los albores del siglo XX contribuyó al desarrollo de nuevos pigmentos, en especial el óxido de titanio, para producir blancos brillantes y duraderos aplicables tanto a la industria como a la creación artística en pintura y arquitectura.

El color blanco está perfectamente integrado en nuestras vidas tanto en decoración, como en el vestir, ya que, igual que el negro, el blanco es un color básico todo terreno que nunca pasa de moda. En esta entrada encontrarás varias formas de llevar una camisa blanca.

Uno de los usos del blanco más habituales es el vestido de novia, que tradicionalmente se elige en este color.

El traje de novia a lo largo de la historia

El traje de novia de color blanco se ha universalizado y popularizado. Ya se ven hasta novias asiáticas (donde el color blanco se asocia más al luto) vestidas de blanco.

En efecto, el color blanco y toda su gama cromática, hueso, marfil, etc., es hoy el color más escogido para los trajes de novia por tradición y por su asociación con su antiguo simbolismo de pureza y virginidad.

Sin embargo, esto no ha sido así siempre. Si hay un color predominante en la historia para los vestidos de novia, éste sería el rojo o en su defecto el negro por su suntuosidad y su facilidad de combinación con vistosas joyas. Las bodas de la princesa Carlota y de la reina Victoria mediado el siglo XIX supusieron un cambio de tendencia.