El brocado es uno de los tejidos más suntuosos y representativos del lujo en la historia del textil. Se trata de una tela rica, generalmente de seda, con dibujos en relieve que parecen bordados. En realidad, es un tejido con hilos suplementarios de oro o plata que le aportan cuerpo, brillo y sofisticación. Y es que el brocado puede considerarse una tela de lujo.

1. Origen e Historia del Brocado

El origen del brocado se remonta a la antigua China, hacia el siglo III a.C., especialmente en la ciudad de Chengdu, famosa por sus “brocados de Shu”. A través de la Ruta de la Seda, esta técnica se expandió hacia Persia, Bizancio y finalmente Europa. Durante la Edad Media, Italia —particularmente Lucca, Venecia y Florencia— se convirtió en un centro neurálgico de producción de brocados, adaptando los motivos orientales a un lenguaje estético cristiano y heráldico.

Durante el Renacimiento, el brocado alcanzó su máximo esplendor como símbolo de poder y riqueza. Vestiduras eclesiásticas, trajes cortesanos, ornamentos litúrgicos y tapices se confeccionaban con esta tela, que marcaba la jerarquía social a través de su brillo y complejidad. Su uso ha perdurado a lo largo de los siglos, reinterpretándose en función del estilo y de la moda de cada época.

2. Proceso de Fabricación del Brocado

El brocado es un tejido de trama suplementaria, lo que significa que, además de la urdimbre y la trama básica, se añaden hilos adicionales que no forman parte de la estructura principal del tejido, sino que se entrelazan para crear los motivos ornamentales. Estos hilos suelen ser de oro, plata o hilos de seda teñidos y se insertan de manera discontinua para formar los dibujos.

Antiguamente, este proceso se realizaba en telares manuales, donde el tejedor levantaba selectivamente ciertos hilos de urdimbre con la ayuda de cartones perforados o mecanismos especiales, como el telar Jacquard en el siglo XIX, que automatizó esta selección. El telar Jacquard representó una revolución, permitiendo la producción más rápida y compleja de tejidos brocados con patrones detallados y repetitivos.

Hoy en día, la producción puede realizarse en telares mecánicos o digitales, que reproducen diseños complejos con precisión milimétrica. Sin embargo, el brocado artesanal sigue siendo altamente valorado por su calidad y belleza.

3. Tipos de brocados

Existen distintos tipos de brocados, que varían según su técnica, material o diseño:

3.1. Brocado clásico

Se realizado sobre tejido de seda o mezcla de seda con motivos florales, vegetales o geométricos. Es frecuente en indumentaria religiosa o palaciega.

3.2. Brocado metálico

Incluye hilos metálicos reales o sintéticos, usados sobre todo en tejidos litúrgicos y trajes de gala.

3.3. Lyon y su típico Brocado

Originario de Francia, famoso por su finura y riqueza de detalles, se produce en telares de Jacquard desde el siglo XVII.

3.4. Vanarasi o Brocado de Seda India

Tradicional de la ciudad de Benarés, es muy utilizado en saris de boda, con diseños inspirados en la naturaleza y la mitología hindú.

3.5. Brocatelle

Similar al brocado, pero con un relieve más marcado y textura más gruesa. Se usa frecuentemente en telas de tapicería.

3.6. Broché

Un tipo de brocado donde los hilos decorativos no solo crean el dibujo, sino que también flotan en la parte posterior del tejido, lo que incrementa su relieve.

4. Aplicación en la moda y el diseño textil

En la moda contemporánea, el brocado mantiene su papel como símbolo de lujo y teatralidad. Diseñadores como Dolce & Gabbana, Oscar de la Renta, Erdem y Dries Van Noten lo han recuperado en colecciones que exaltan la riqueza de la ornamentación textil. Es ideal para prendas estructuradas, chaquetas, trajes de noche, faldas con volumen y vestidos de inspiración renacentista o barroca.

En el diseño de interiores, su uso es frecuente en cortinas, tapicerías, cojines y revestimientos murales en ambientes clásicos. Su presencia transforma cualquier espacio, aportando una sensación de historia y refinamiento.

Gracias a los avances tecnológicos, el brocado también ha llegado al prêt-à-porter, con versiones más ligeras y accesibles, elaboradas con fibras sintéticas que imitan el efecto de los hilos metálicos o de seda.

5. El brocado en la indumentaria tradicional española

Uno de los usos más emblemáticos del brocado en la actualidad lo vemos en los trajes de gala que las mujeres lucen durante las celebraciones de las Fallas. Esta indumentaria se inspira en la vestimenta del siglo XVIII, cuando el brocado ya era sinónimo de riqueza y distinción.

En los trajes de fallera, el brocado se utiliza principalmente para las faldas, los corpiños y los delantales. Estos tejidos —conocidos en el ámbito local como «sedas brocadas»— son confeccionados por casas textiles tradicionales valencianas que conservan la fabricación artesanal o semi-artesanal de tejidos en telares Jacquard.

Los motivos decorativos de los brocados falleros suelen incluir florones, ramas, granadas, hojas de acanto, claveles, peonías, aves o composiciones heráldicas y se combinan con colores intensos y fondos contrastados. Es habitual el uso de hilos metálicos (oro o plata) que aportan el brillo característico. Cada tejido es único y puede tardar semanas en producirse, dependiendo de su complejidad y del acabado deseado.

6. Otros usos del Brocado

¿Por qué renunciar a vestir el brillo y a la opulencia del brocado? Cierto que las prendas realizadas en este tejido son algo llamativas y ostentosas pero tenemos a nuestro alcance algunos accesorios de moda que lo utilizan y que nos pueden dar al outfit el toque mágico que buscamos. ¿Te animas?

brocado

Cuello de Bufanda de brocado y               seda salvaje de Avenio