El negro es el anti-color, por así decir. Absorbe la luz y no refleja ninguno de los rayos que la componen. En un color básico con muchos usos a lo largo de la historia y que sigue formando parte de nuestras vidas. Por eso no lo perdemos nunca de vista. En esta entrada os hablo del color negro y su historia.
El color negro en la Historia Antigua
Nuestros antepasados prehistóricos ya conocieron y experimentaron con el color negro, para el que utilizaban carbón vegetal y otros pigmentos de origen mineral. Véanse las pinturas de la Cueva de Lascaux en Francia, gran templo del arte Cro Magnon.
Muchas culturas de la Edad Antigua también adoptaron el color negro con diferentes simbologías, casi siempre relacionadas con la muerte y el más allá.
La tinta negra para escribir fue un invento de las culturas asiáticas de India y China. Está documentada su utilización en China en el tercer mileno a.C. y poco después, en torno al 2.500 a.C., en el Antiguo Egipto. Está claro que su técnica y su calidad eran buenas dado que se han conservado escritos de esas épocas hasta nuestros días.
Los egipcios lo asociaron a Anubis, el dios que acompañaba y protegía a los difuntos en el tránsito de la vida a la muerte y en su vida ultraterrena y que era representado con cabeza de chacal negro. Debido a la alta estima que la cultura egipcia tenía a la vida eterna, el color negro no tenía especiales connotaciones negativas. Al fin y al cabo, era el color de la tierra del Nilo, fuente de su riqueza.
En las culturas clásicas griega y romana el color negro era habitual verlo referido al inframundo, a la maldad, a la muerte y al luto. Sin embargo, también se utilizó en la cerámica y otras artes decorativas, así como en la vestimenta de trabajo de los artesanos, aunque hay constancia de que los tintes vegetales usados no eran muy efectivos y perdían intensidad con el tiempo.
En las culturas germanas y escandinavas hay continuas referencias al negro asociadas a ciertos dioses de su mitología, así como a los cuervos negros en su papel de espías y emisarios de Odín.
El negro en la Edad Media
Con estos antecedentes, era inevitable que permeara en la cultura medieval europea la asociación del color negro con la muerte y el mal. En la Edad Media al diablo se le representaba con la piel, las alas y otros atributos negros. Pero no solamente el mal era negro, también era el color usado en ciertas prendas de vestir diario, incluso entre las órdenes monásticas, que eran los grandes focos de la cultura del momento.
Los monjes de la orden benedictina vestían hábito negro como símbolo de humildad y penitencia, mientras que otras órdenes vestían de blanco, marrón u otros colores. En una famosa disputa entre benedictinos y cistercienses, éstos últimos, que vestían de blanco, reprocharon a los benedictinos el negro de sus hábitos por ser el color del pecado, de la muerte y del infierno, mientras que el blanco era símbolo de pureza y virtud.
Poco a poco el color negro se fue adoptando como color del poder y del misterio. Hay muchas referencias al caballero negro en la literatura y también emblemas y estandartes negros asociados a casas nobiliarias y reales.
De ahí pasó a asociarse a la seriedad y responsabilidad social de funcionarios y magistrados, que debían dar ejemplo de sobriedad y ya en el siglo XV, se extendió como moda a la nobleza y la realeza de Italia, Inglaterra, Francia y por supuesto España. El negro empezó a considerarse entonces como símbolo de dignidad y respeto.
El negro en la Edad Moderna
Capítulo especial merece la moda española de los siglos XV y XVI, que era vista como muy sencilla y austera por los visitantes de otras tierras.
Hay una deliciosa comedia francesa dirigida por el belga Jacques Feyder donde se muestra con fina ironía el vestir austero y negro de los oficiales y soldados españoles. Su título en español es La Kermesse Heroica. A día de hoy puede verse en Filmin.
Es verdad que los territorios de España tenían una ventaja, su acceso a un potente tinte natural, el palo de Campeche. Un árbol originario de Centroamérica con gran capacidad de tintura.
Estos siglos alumbraron también el mayor cisma que vivió la Iglesia Católica, la Reforma Protestante en todas sus variantes que nació como reacción al lujo y a la corrupción que la jerarquía católica no se ocupaba de ocultar. Lutero, Calvino o Melanchthon provocaron con sus denuncias la ruptura de la Iglesia y propugnaron un cristianismo diferente.
¿Y qué papel jugaron los colores en aquellos tiempos convulsos? Pues, aunque nos movemos en el terreno de los símbolos, los colores tuvieron su importancia. Los cardenales y obispos católicos usaban el rojo y el morado en sus vestimentas. Por tanto, esos colores se convirtieron a ojos de los reformistas en los colores del lujo y del pecado.
El movimiento protestante y su filosofía y modos de vida afectaron a Europa primero y después a América gracias a los movimientos migratorios de estas comunidades al nuevo mundo. Los reformistas rechazaron por pecaminosos los colores brillantes, el oro, las joyas y el ornato católico y se refugiaron en la austeridad y sobriedad del negro y de los colores oscuros.
Como veis, los colores son también actores sociales y culturales de primer orden.
Siguiendo el hilo de la historia, es importante resaltar que la Iglesia católica reaccionó a la Reforma con la Contrareforma. Éste fue un movimiento para desterrar de la iglesia católica los usos abusivos y corruptos y ganar credibilidad de cara a sus fieles.
Como mencionaba anteriormente, España y los territorios que formaban su vasto imperio de entonces ya era bastante austera en su forma de vestir y tenía el color negro muy interiorizado. En los siglos XVI y XVII el color negro formaba parte de la vestimenta de todas las clases sociales y profesiones, así que en ese aspecto no hubo cambios muy significativos.
Tras la Reforma, Europa se dividió en dos. Los países protestantes se enfrentaron duramente a los países católicos. Este enfrentamiento ahondó las diferencias entre estados y se saldó con guerra y destrucción.
Uno de los mayores focos culturales del siglo XVII europeo fue Flandes. Los pintores flamencos de la órbita protestante trasladaron a sus lienzos su peculiar forma de entender la vida. Los temas que trataban no eran religiosos sino de la vida diaria y siempre en penumbra o con dominancia de los colores negros, pardos y marrones.
Como muestra, podemos ver a simple vista la diferencia de temas, composición y colores entre Rembrandt y Rubens, representante del Protestantismo el primero y del Catolicismo el segundo.
El siglo XVII experimentó también uno de los episodios más vergonzosos de la historia de la Humanidad. La lucha del cristianismo contra la brujería se convirtió en una obsesión irracional que acabó con muchas personas quemadas en la hoguera. De esos tiempos vienen ciertas expresiones y supersticiones relacionadas con el color negro.
El negro en la época de la Ilustración
El mundo occidental del siglo XVIII, época del humanismo y la Ilustración, vuelve sus ojos a París. Francia marca tendencias en moda y el negro no entra en sus armarios. Los colores azules, verdes y dorados pastel se imponen en la vestimenta de las clases adineradas. Qué mejor ejemplo que un visionado a la película de 1975 Barry Lyndon de Stanley Kubrick.
El color negro en el siglo XIX, la Revolución Industrial y el Romanticismo
Como todas las modas, el negro ha ido y vuelto en diferentes épocas. Las grandes ciudades industriales se volvieron a teñir de negro, tanto por el humo del carbón como por la suciedad. Los intelectuales románticos en su vuelta a los tiempos de la Edad Media, volvieron a adoptar el color negro en sus vestimentas. La mejora en las técnicas textiles y los tintes sintéticos hicieron que la moda del negro pudiera extenderse a casi todas las capas sociales.
En la segunda mitad del siglo XIX entramos de lleno en la modernidad del Impresionismo, movimiento artístico que nació y floreció en Francia. Los pintores impresionistas no fueron en su mayoría muy fieles al negro. Eran más dados a la luz y del color, sin embargo, algunos de ellos lo defendieron y utilizaron en sus pinturas y retratos por su fuerza expresiva. Es el caso de A. Renoir o de E. Manet. Si no, véase el retrato de Berthe Morisot que hizo Édouard Manet.
El color negro en los siglos XX y XXI
El color negro volvió a tomar significado sociopolítico en los primeros años del siglo XX. Los movimientos del nacionalsocialismo italiano y alemán lo adoptaron y aplicaron a su ideario y simbología.
Pasados esos oscuros años y superados los traumas de las dos guerras mundiales, cuando el mundo occidental logra olvidar el pasado y se concentra en su nueva vida a partir de los años 50, el color negro se convierte en el color de la protesta, la contra revolución y la rebeldía.
Así llegamos hasta nuestros tiempos con la aceptación mil tendencias diferentes. Grandes diseñadores de estos tiempos reivindican el negro como el summum de la elegancia y es aceptado como el color del traje de noche para hombres mujeres.
Todos abrazamos el concepto del LBD (Little black dress), el negro de los trajes de ceremonia para los hombres y el negro para casi cualquier situación. Una curiosidad, rayana en la extravagancia es la invención en Reino Unido del estilo gótico, inspirado en la moda de la época victoriana.
Después de este apasionante resumen, podemos decir que estamos listos para abrazar el color negro con conocimiento de causa.
Para repasar otros colores, os dejo enlaces a otras entradas de esta serie: azul pastel, naranja, amarillo mostaza o azul Klein,
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